Miedo a querer


“Lo mejor que puedo hacer por mi amigo es simplemente ser su amigo”
- Henry David Thoreau

En la vida todo son  decisiones, cada día está marcado por éstas, las hay buenas, y las hay malas. Yo decido si me baño o no me baño; si salgo a buscar esto o  aquello; si voy a misa o no voy; si cumplo o no con mi palabra. No hay excusas para lo que se quiere hacer, tan solo lo hay para lo que no se quiere hacer.

Si me baño, entonces estoy presentable para los demás; si  salgo a buscar aquello, entonces de seguro lo encontraré; si voy a misa, establezco mis  prioridades en la vida; si  cumplo mi palabra, gano o mantengo la confianza de los demás.

La principal decisión que tomaremos en la vida es aquella que nos va a ser felices – o infelices – De un momento a otro llega aquello que hemos estado pidiendo y esperando durante años, o incluso toda la vida; y sucede que muchas veces, o  no nos percatamos que ya lo tenemos, o no queremos percatarnos que lo tenemos.

Por ejemplo: una dama ha estado esperando a un buen amigo durante toda  su vida que de un momento a otro llega,  pero no con todas las expectativas ni con el acompañamiento suntuoso anhelado. Entonces, después de conocerle un poco,  ella toma la mala decisión de rechazarle con todo tipo de desdenes o con causas simuladas o aparentes.

Continua buscando o esperando; suplica a Dios que se presente lo más pronto posible ya que el tiempo está pasando; pero en cada nuevo encuentro una nueva desilusión.  Nunca se imagino que el aquel caballero, a quien ella quiere, si cumplía con al menos el 50%  de sus expectativas; y no se lo imaginó porque, en forma inconsciente, tan solo observó sus carencias o defectos”. Lo que en realidad pasó fue que tuvo miedo de ir más allá y  abrirle su corazón.

Tampoco imaginó que el otro 50% restante  se lo tenía reservado para más adelante.  Ella ha tomado una decisión que de pronto afectará toda su vida. Hay personas que durante años le han pedido a Dios que se manifieste; y cuando Él lo hace, poniéndole al frente la persona, se asustan y salen corriendo; o disimuladamente no le salen al saludo.

Un día, cuando ella notó que él se le acercaba para saludarla, arrancó bruscamente su vehículo y, casi  que echándoselo encima, se alejó. Este había sido un encuentro casual, propiciado por Dios, no planeado.  Imagínense como quedará de desilusionado y triste este señor: Él se había alegrado tanto por verla en aquella “Dioscidencia” y recibió un inesperado baldado de agua fría. Como decía Ghandi: “El hombre por su propia debilidad pierde su libertad”

El amor tiene muchas facetas: hay amor de padre, de madre, de hermano, de amigo, de novio, de esposo, de hijo, entre muchos otros. No estoy diciendo que todos los amores tienen que ser de novios o de esposos; hay amores más especiales, y el más especial de todos es el de amigos; este no se encuentra así no más ya que es un tesoro que dura toda la vida.  

Los milagros están en todas partes, pero Dios no nos da a probar todo el ponqué de golpe sino a pedacitos. Se trata de hacernos despertar en nosotros todos esos núcleos de energía que han estado  escondidos, reprimidos o dormidos durante años,- o quizá toda la vida-  porque Él nos conoce. No tengamos miedo de demostrar nuestros afectos si los sentimos en el corazón. No te asustes cuando veas a Dios, y cuando Él te de un regalo, no dudes en tomarlo. Tan solo confía y espera. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

En la buseta

Charlas con la Nena

El milagro más grande eres tú