Escrito miércoles 081221

081221

Nada de lo que Dios regala es pasajero, lo que Dios da se queda, es irrevocable; lo que es pasajero es la receptividad que hacia esas gracias se tenga en un momento dado. Tal vez se sienta que esos bellos estados del alma y espíritu se han ido, y por ello se baja la guardia; pero nada más lejos de la realidad. Es como el Sol: no podemos decir que ya no está solo porque es de noche o lo tapan unas nubes. Hay Carlín, no te imaginas como la gente tan fácilmente se deja desarmar y quitar las posesiones más preciosas. Ese silencio y esa paz sentidos en los días que siguieron a mi ida no se ha ido; es estable y permanente y lo seguiré recalcando. Soy una eficaz intercesora; no te imaginas lo que transmito. Dios tiene su modo y te aseguro Carlos que estoy como ave de buen agüero detrás de cada proyecto o negociación que los míos emprenden. ¿Qué no voy a estar en el matrimonio de mi sobrina Natalita? Ja ja, van a ver lo entrometida que puedo ser. 

Por ejemplo: proyecto mucha paz, esperanza y alegría a mi querido Oswaldín. ¿Y por qué y cómo transmito eso? Ya te he dicho que no sólo nada de mi se ha perdido, sino que estoy más viva que cuando estaba viva. Eso es lo que Dios quiere que todos crean porque es verdad; y no te imaginas lo complacido que está cuando no se oponen a ese mío fuerte viento de popa. No soy un fantasma, ni ninguna maga, ni ninguna milagrera; yo no arregló las cosas, sólo les presento al que si puede hacer cosas también a través de mí; oh… ¿es que acaso creen que estoy de adorno o que no hago otra cosa que tocar el arpa mirando siempre al cielo? Lo que sucede es que yo puedo transmitir todo esto tan lindo por que siento todo el tiempo esa paz, esperanza y alegría; y cuando mis más queridos y estimados recogen esto de mí, todo lo bueno que sobreviene son las tales añadiduras. El éxito de las industrias no depende de una varita mágica sino de los estados interiores dados por Dios a los receptores de buena voluntad: paz, esperanza y alegría, no me cansaré de repetirlo.  Escucha esto Carlín para que te lleves una mejor idea de lo que sucederá en el cielo:

"Baste decir que la visión, el amor y el goce que causan placer con su posesión, además del conjunto maravilloso de goces accidentales que de ella se derivan, saciarán por completo, con infinita y embriagante plenitud, el ansia devoradora de felicidad que atormenta en este mundo al pobre corazón hu-mano. La gloria acallará por completo todos nuestros deseos. Imposible imaginar nada más embriagador que lo que el cuerpo espiritual y el alma disfrutarán a pleno placer; imposible aspirar a nada más. La vida en el cielo es una felicidad inenarrable".

¿Y quién Carlos nos abrió esas puertas del cielo? Empiezo por decirte que ya habrás escuchado esta frase que dice que a Cristo es imposible conocerlo y no amarlo. Pues he en esta frase un imposible: amarlo y no conocerlo.

Voy a tratar de explicar que es lo que ha hecho Dios Padre, Jesús Hijo y el Es-píritu Santo conmigo; si Carlín, así como oyes, aunque a muchos le cueste trabajo entender o aceptar: una reacción perfectamente normal si se tiene en cuenta que el alma nunca estará en paz hasta que descanse en Jesús. ¿Te acuerdas aquel 9 de mayo de la llave? Sí, claro que la tienes bien presente. ¿Y qué es lo que hace una llave Carlín? Abre puertas. Y la puerta estaba abierta para mí, por eso ustedes sintieron y siguen sintiendo esa paz. ¿Qué sentí y que había detrás de esa puerta? Te voy a hablar en pasado, pero en verdad todo eso lo siento y me sucede todo el tiempo. Y todo esto no es más que una pequeña fracción, es sólo para que te lleves una remota idea. 

Había una claridad que no enceguecía ni deslumbraba a pesar de que la luz era más brillante que el sol y con una temperatura color increíblemente bella y diáfana; se respiraba tanta paz y protección, ya no había combates que afrontar. Tenía tanta agilidad que podía trasladarme a lugares remotísimos con la velocidad del pensamiento, y pudiendo atravesar paredes o una mon-taña sin necesidad de puerta o túnel, como el sol atraviesa un cristal sin rom-perlo ni mancharlo. No te imaginas Carlos lo que se siente cuando ya se es absolutamente invulnerable al dolor, al sufrimiento y a la muerte. La canción que interpreta Olivia Newton: "Xanadú" trata de describir este estado. Haz una pausa, y escúchala. Bueno, pero sigamos: ¿y qué decir de los sentidos corporales en este cuerpo espiritual: vista, oído, olfato, gusto y tacto? Pues aquí cada uno experimenta deleites inefables correspondientes a los objetos que le son propios; de manera que los que estén pensando que todo lo bueno que yo tenía en la tierra se ha perdido, pues qué pena decepcionarlos, pues no sólo no se ha perdido, sino que les aseguro: estoy más viva y operativa que cuando estaba viva. Ya sabrán de mis travesuras.

No hay pues, pues, posibilidad alguna de que al entrar en el cielo experimentemos la más mínima decepción. En la sencillez y candor de su amor, decía Santa Teresita del Niño Jesús: "pienso que, si no estoy bastante asombrada cuando llegue al cielo, fingiría estarlo para alegrar a Dios... No hay cuidado de que deje notar mi decepción; sabré ingeniarme para que no se dé cuenta". Pero estas palabras, lejos de ser la expresión de una duda, es una broma y estaban inspiradas por la locura de su amor, pues sabía muy bien que en el cielo es imposible experimentar la menor decepción.  Estemos tranquilos pues, esposo mío, hijos, hermanos, sobrinos, primos y conocidos que el cielo ha superado infinitamente todas mis esperanzas. Te quiero mucho mamá, y gracias a tus oraciones estoy acá, en este lugar maravilloso. 


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